¿Sabéis que a Rousseau le encantaba pintar la selva? Pero lo más curioso, ¡es que nunca había viajado a la selva! A Rousseau se le venían ideas a la cabeza cuando miraba libros que tenían imágenes de la jungla, y cuando paseaba por los jardines botánicos de París, llenos de árboles y plantas.
Aquí podéis ver algunas de sus obras sobre la selva. La verdad es que son unas pinturas muy coloridas.
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